______________________________________________________________________________________

PRESS

Jonathan Floril nació para darle voz al piano
Por Olga Imbaquingo, Nueva York, 10 de Diciembre de 2009

El joven pianista ecuatoriano Jonathan Floril ha cumplido 19 años y ya es considerado un pianista con mucho futuro. Ganó el concurso más prestigioso de Nueva York. Jonathan Floril algún día dará mucho de que hablar en bien para Ecuador. Este joven pianista que continúa su perfeccionamiento musical en Manhattan School of Music de Nueva York, la escuela de música más famosa del mundo, acaba de dar otro concierto. Dejó Ecuador cuando apenas tenía 11 años y junto con su padre se fue a España. Desde entonces sus sagradas escrituras son las notas musicales y sus dioses los maestros rusos como Sergei Rachmaninoff y Gregory Sokolov. Así viene ganando concursos. Está en Manhattan School of Music gracias a una beca que incluye estudios de inglés en Columbia University. Se enfrentó a un jurado que califica del uno al cinco. Logró 4.9. Con apenas 19 años experimenta la dualidad del adolescente que se sabe privilegiado cuando habla de sí mismo. Y al mismo tiempo no tiene preparado un currículum que para su edad puede dejar a muchos incrédulos. La formalidad del papel no le hace falta. Los primeros puestos en competencias de piano, los estudios gratuitos gracias a su privilegiada sensibilidad y los conciertos que va dando en teatros y universidades por todo EE.UU. hablan por él. A Nueva York llegó en 2006 tras ganar 20 premios en España. La saga de premios continúa en EE.UU.: primer premio en la competencia a la mejor interpretación sobre Chopin, donde se impuso a pianistas venidos de muchos países del mundo.

“Éste concurso para mí ha sido mérito y prestigio. ¿Sabe lo que es estar en la lista de ganadores como Harvey Lavan ‘Van’ Cliburn?, Él también ganó el concurso de Chopin”. Floril, además, posee la medalla de bronce en la competencia Gina Bachauer. El oído del director musical en España Lorin Maazel no se equivocó cuando dijo que Floril es “más que un prodigio, no solo por lo que él toca sino por cómo lo hace. Sus extraordinarias virtudes musicales van unidas a su honestidad profesional y una dimensión artística auténtica”. Sí, Floril se entrega al piano, no importa si está tocando para un selecto auditorio de un teatro o para él mismo, igual toca con el alma. Una pieza de apenas tres metros cuadrados de ancho por cuatro de largo, que se ve tan pequeña porque casi todo ese espacio lo ocupa el piano, es el lugar donde él practica en la residencia estudiantil, llena solo de jóvenes músicos, donde vive. Todo parece desaparecer o fundirse en la magia de las notas que le va pidiendo al piano, ora con rabia, ora con dolor y ora con ternura. Es una actuación a dos tiempos: su privilegiada memoria que no necesita de las notas musicales y su lenguaje corporal confirman que él es alguien que nació para convertir al piano en su voz.

“Empecé a estudiar música un poco tarde, a los 10 años, pero tuve al mejor maestro, Jorge Navarro. Él me inició con el solfeo y fue el primero que se impresionó”. Fue su padre, Jaime Floril, quien en España, sin conocer a nadie, logró que Jonathan entrase a estudiar en los conservatorios de Madrid. Su primer premio, que lo convenció de que el piano iba a ser su compañero para siempre fue en el festival de jóvenes talentos Veo Veo. “En mi trayectoria de más de 40 años como docente no vi antes a un joven con tan extraordinario talento musical como Jonathan, con un futuro muy brillante, por lo cual me siento muy orgulloso de tener un embajador musical de tan alta valía para nuestro país”, cuenta orgulloso el maestro Navarro, a través de un e-mail desde Ecuador. Floril quiere defender su autenticidad en el arte. Está harto de los superficialismos y de ver que la edad de oro del siglo XX toca su fin. “Soy como Dionisio, que fue un rebelde y por eso lo admiró Platón”, es su última nota aunque no al piano.

Una vida de premios

Jonathan Floril, gracias a sus primeros lugares en competencias, tiene una serie de premios que consisten en tocar en varias ciudades del país. La agenda está para Vancouver, Cleveland, Washington, Salt Lake City.

Su padre es músico, tocaba el oboe en la Sinfónica y su abuelo, Pablo Floril, también fue un guitarrista de música ecuatoriana.

El pianista llegó en 2006 a Nueva York, tras ganar 20 premios en España.

En EE.UU. han continuado los galardones: primer premio en la competencia a la mejor interpretación sobre Chopin, donde se impuso a pianistas venidos de muchos países del mundo

LINK TO ARTICLE: http://www.elcomercio.com/noticias/Floril-nacio-darle-voz-piano_0_77992272.html
HOME BIOGRAPHY PRIZES RECORDINGS PHOTOS REPERTOIRE PRESS CONTACT